lunes, 10 de junio de 2013

Quién tiene la culpa

Pero ya está. Ya lo tengo. El sentido nos calma. Darle sentido a las cosas nos tranquiliza. Y por fin he encontrado un sentido para la presión: hacia fuera. No puede ser de otro modo, porque, si la metáfora es espacial —y lo ha sido desde el punto de partida—, entonces la presión que se da en un espacio cerrado, y se da desde el centro, desde el interior más profundo, esa presión solo puede empujar hacia fuera. Tiene toda la lógica. Y además encaja con el resto: la necesidad de escribir, de leer, de sumergirme en ficciones lo menos realistas posible, el rechazo progresivo hacia la política y las noticias, el tedio que me produce lo conocido, lo ya visto, el pasado… las ganas de entregarme a Lucía, las ganas cada vez más poderosas de desaparecer en Lucía.

Quizá es solo otra forma de nombrar mi miedo a la enajenación —el rechazo hacia la palabra «locura», tan manoseada, lo siento físico—, utilizar un símil, oscurecerlo. No es que se me vaya la pinza, sino que «hay una presión en mí que empuja hacia fuera». O, más bien, es hacer todo el recorrido lógico cuando el atajo era obvio. Como si me costase ver que lo que me pasa a mí le pasa a todo el mundo. No sé.

Sea como sea, hoy he pensado andando por Gregorio Marañón que es posible que la presión no sea maligna. Hoy he querido comprender al malo de la película. Es posible que la presión se dé hacia fuera porque no puedo soportar tanta presión hacia dentro. Como un contorsionista enfrentado a sus propios huesos, el control sobre mí mismo no puede ser total. La presión sería la respuesta a la represión que yo mismo ejerzo. Sería la resistencia al opresor, que soy yo.

Solo buscándole el sentido a lo que siento como amenazante he conseguido calmarme. Ahora ya no existe el malo de la película. A no ser que uno mismo pueda ser el antagonista y el protagonista al mismo tiempo, lo cual hace que carezca de sentido preguntarse quién tiene la culpa.

2 comentarios:

  1. Ay, qué movida.
    Espero que no te domine mucho la presión O sí. ¡No sé si es buena o mala!
    Ay, que estoy espesota pero quería dejarte un comentario.
    Abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Pues muchas gracias por el comentario!
    Con respecto de la presión, mejor lo dejamos que al final uno se hace un lío para nada…

    ResponderEliminar