sábado, 13 de noviembre de 2010

A alguien se le cae un bebé de las manos


Estoy cansada, estoy cansada. Vaya hijos de puta. Te lo dije. Que el tiempo se detenga. Soy un niño y los niños nunca mienten: tenemos los deditos pequeños. Había quedado mañana para ir a un picnic, por la tarde. ¿Qué dices? No, mañana tengo que estar en la oficina a primera hora y ¡es improrrogable! La maldita alergia. El sol. Terriblemente cansada. Es que esta tarde me sangró la nariz, incluso tuve que pasar el mocho por el salón. No me gusta el mundo. Este sol. Poner el pie debajo, o la pierna. Ahora ya no importa todo eso. No hay nada importante. Que no haya tiempo que pasar. Hasta aquí, ya está bien. Necesito tiempo. Quiero estar en otro lugar. Dame una palabra en la que apoyar las mías. Quería ser otra cosa. Quería ser una persona honesta y no mentir. Algo que no esté en el mundo. Pero ahora no toca defender a nadie. Ahora, no nos engañemos, toca quedarme aquí, con mis sudores fríos. Con eso de ahí.

2 comentarios:

  1. ¡Vaya faena! Yo prometo sostenerlo pero solo un ratito, ¿eh?

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  2. Jolín, te lo agradezco, porque a mí me da un miedo eso de sostener bebés...

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