domingo, 30 de enero de 2011

Primera llamada

Diego abandona el cuarto de baño, recorre el pasillo y, de repente, sale Lara de la cocina cerrándole el paso. A simple vista ya es evidente que no ha atendido a su aspecto desde hace un buen rato: algunas manchas de su jersey quieren dejar de ser nuevas. «Otra vez tiene la mirada de espaldas», piensa Diego. Por más que lo haga hacia fuera, hacia él ahora, Lara no puede mirar en ese instante a otro lado que no sea hacia dentro.
—Creo que ya sé por dónde entran —dice.
—¿Tengo que ser siempre yo quien coja el teléfono, aunque esté en el cuarto de baño? —replica Diego.
Algunas veces se diría que, pese a vivir juntos, Diego y Lara habitan planetas distintos.
—Hola, soy Lucero —una voz dulce y femenina al otro lado—. Llamaba por lo del anuncio.
—Pero tú no eres de Madrid, ¿verdad? —le contesta Diego.
—Eh… No, soy de Jerez.
—Entonces ahora no estás en Madrid.
—No… Bueno, ahora estoy en Sevilla.
—Y me llamas desde Sevilla.
—Eh… Sí —pausa—. Por lo del anuncio.
—Y ¿cuándo vas a estar en Madrid?
—Dentro de unos días.
—Pero ¿para quedarte?
—Eh… Sí —pausa—. Ya sabes. Llamaba por lo del anuncio.
—Vale, pues cuando estés en Madrid hablamos, ¿no?
—Pues, sí, claro.
—Bueno, hasta luego.
—Oye, que…
Diego cuelga y oye ¡zis, zas! El sonido viene de la cocina. Asoma la cabeza y ve a Lara arrodillada junto al respiradero con un destornillador en una mano y una esponja en la otra. Normalmente Diego piensa que ella está equivocada y es él quien lleva la razón. Ya ha manifestado en alguna otra ocasión sus opiniones sobre aquel respiradero. Existe por el gas, para evitar una explosión o la muerte por asfixia, y está arriba y abajo. «Que esté por duplicado es importante», piensa. «El que está abajo también protege la casa de una inundación».
—¿Es que no lo entiendes, Diego? —dice Lara de espaldas a él y haciendo ¡zis, zas!—. Es por Sergio… ¡No puedo quitármelo de la cabeza!
Diego baja la vista arrepentido. Ahora le cuesta entender qué puede haber de gracioso en hacerse pasar por tonto con una desconocida que llama a casa.

2 comentarios:

  1. La historia me la sé, más o menos. O me suena...
    Creo que yo también habito otro planeta distinto al de Diego y Lara porque no entiendo lo que quiere decir cualquiera de los dos. Ni siquiera sé si de verdad están hablando con la otra persona.
    Es más: me acojonan...
    Un abrazo, Currito. :)

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  2. Es para acojonarse, chica. El tema de los planetas es muy chungo, y peor el de la comunicación entre ellos. Pone los pelos de punta.
    Pero en fin...
    Besines, guapita.

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