domingo, 20 de marzo de 2011

El gemelo

No es otro, sino una parte amputada. La única que no desea ninguna de las vidas que se insinúan con cada ahora. Pero no por ello ignora el dolor que provoca la renuncia de todas ellas, ni el que cada una hace a los demás. Es la parte que, precisamente por estar fuera de ellas, vigila las disyuntivas. Es por eso que siempre las tiene presentes.
Sabe que es posible conseguir lo que se quiere, es decir, sabe la frase correcta y el momento oportuno. También que las cosas vuelven, que acaban volviendo. Y desprecia todo lo que sabe. Por eso no tiene prisa, y por eso es sincero.
Nadie podrá regresar para reprocharle ni un paso de su ascensión, excepto la ascensión misma, cruda, seria, minuciosa.

3 comentarios:

  1. Un par de guayas bien dás le hacen falta al gemelo, como se diría en mi barrio, y así se le quita la tontería

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  2. Mola el texto, Curro.
    Hablando de gemelos...el otro día vi "Inseparables" de Cronenberg y me encantó. Es una bonita historia de hermanitos gemelos

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